Nuestro objetivo principal era transmitir algunos de los valores que, desde Europa, se consideran fundamentales a la hora de educar a los más jóvenes: amor, amistad, solidaridad, espíritu de superación, compañerismo... y, para nuestra sorpresa, ha sido mucho más sencillo de lo que esperábamos transmitirlos.
Desde los primeros días, en los que teníamos que leer cómics y hacer tests, nos hemos ido inundando de ese "Espíritu Europeo" que nos ha guiado en cada actividad deportiva que preparábamos, cada mural que pintábamos, cada nota que tocábamos (o tocaban, para ser exactos), o que nos animaba a no dejarlo a las primeras de cambio; ese espíritu que, una vez acabado el concurso, queremos y tenemos que mantener.
Ahora que estamos llegando al final, nos damos cuenta de que nosotros, los que se suponía que teníamos que enseñar, somos los que más hemos aprendido. Aprendimos el valor de la amistad y el compañerismo trabajando codo con codo con nuestros amigos; la solidaridad y el espíritu de superación, lo interiorizamos a la hora de preparar las actividades, empleando nuestro tiempo libre y alguna hora de clase.
Como en todos los finales, toca hacer balance, poner lo bueno y malo y ver qué pesa más. Ojalá todo fuera tan gratificante como en esta ocasión; podemos decir orgullosos que hemos cumplido con nuestras expectativas, es más, las hemos superado con creces (a pesar de las dificultades surgidas en el camino)
Desde aquí, agradecer al personal docente, alumnos, medios de comunicación, etc el apoyo prestado.
Proyecto Euroscola acabado. Objetivo cumplido.Balance positivo.¡Para repetir!
Y como colofón, un vídeo que resume esta experiencia.
